Actualmente, no cabe duda de que la mayoría de trabajadores/as, en algún que otro momento, se ven forzados a trabajar bajo presión. Esto se debe a que el mercado laboral es cada vez más competitivo, lo que exige adecuarse a los estándares internacionales de calidad con la mayor agilidad posible. Por eso, saber dominar el trabajo bajo presión es una soft skill que cada vez se valora más.
Pero, antes que nada, conviene distinguir lo que es trabajar bajo presión y lo que es trabajar con estrés.
¿Es lo mismo el trabajo bajo presión que el estrés en el trabajo?
No, no es lo mismo. Y es muy importante aprender a diferenciar una cosa de otra, ya que el trabajo bajo presión no tiene por qué ser negativo, en cambio, el estrés sí es perjudicial y puede afectar a tu salud mental. Para saber diferenciarlos debes practicar el autoconocimiento, aunque aquí te damos una idea de qué es cada cosa para que puedas distinguir ambas.
Cuando sentimos estrés es porque se nos está pidiendo mucho, pero nos faltan recursos (tiempo, dinero o energía, por ejemplo) para cumplir con todas las demandas. Si este estrés se prolonga en el tiempo, puede implicar una variedad de problemas que conducen a sentimientos de sobrecarga.
En cambio, el trabajo bajo presión se desarrolla en esas situaciones en las que percibes que algo importante depende de tu rendimiento y desempeño en la labor. La presión puede implicar sentimientos de ansiedad y, a veces, de temor por no saber si lograremos los resultados esperados. El trabajo bajo presión suele darse, principalmente, en momentos de crisis o cuando existe la necesidad de completar tareas en el menor tiempo posible, hecho cada vez más común en el mercado laboral actual.
Por lo tanto, en las situaciones de estrés, el objetivo debe ser sentirse menos abrumado y relajarse, pero en las situaciones de presión, la meta es tener un alto rendimiento.
Si nos sometemos a mucho trabajo bajo presión, podemos acabar estresados. Por eso, saber cómo manejarlas es de vital importancia para tu salud mental.
La habilidad de saber llevar el trabajo bajo presión implica mantener la eficiencia ante condiciones adversas. ¿Lo mejor? Es una habilidad que se puede desarrollar. Por eso, a continuación, té comento 10 tips para dominar el trabajo bajo presión, que también te vendrán bien en momentos puntuales de estrés.
10 consejos para trabajar bajo presión
Hay profesionales capaces de mantener sus niveles de rendimiento incluso trabajando con altas exigencias. El secreto para que la productividad no se vea afectada en circunstancias adversas pasa por saber manejarse en las situaciones con planificación, organización, priorización y capacidad de concentración en asuntos importantes.
A continuación, te damos algunos consejos para que tú puedas ser este tipo de profesional.
1.Establece prioridades
A no ser que la situación venga de improviso, si ya sabes cuándo puede ocurrir o qué la provoca, adelántate y planifica.
Según la llamada Ley de Parkinson: cuanto más tiempo tenemos, más dilatamos la tarea, de manera que hacemos más cuando se acerca la fecha límite que en todo el tiempo anterior. Así, al acumular la mayor parte del trabajo al final, lo hacemos bajo presión autoimpuesta. Esto se puede evitar con una buena planificación y organización del tiempo.
Es fundamental que organices el tiempo diferenciando con claridad lo importante de lo urgente y colocando cada tarea en un bloque de tiempo.
2.Marca los tiempos
Una vez tengas detectadas esas tareas prioritarias, marca el tiempo que les vas a dedicar para evitar distraerte y tener claros los tiempos que debes cumplir para terminar en los plazos previstos.
3.Piensa desde el cliente
Para tener claras las tareas prioritarias, ponte en la piel del cliente y visualiza sus necesidades. Esto te ayudará a ver qué debes priorizar y el porqué.
4.Descarta tareas improductivas
Olvídate de todas esas tareas que no estén aportando un valor real al resultado que buscas. Eliminalas de tu lista de tareas o analiza cómo puedes sacarles provecho real.
5.Práctica soluciones sobre situaciones hipotéticas
Prepárate por los “y si…” y ponte en la peor situación, además de todas las posibles situaciones que puedan provocarte estrés. Para dominar el trabajo bajo presión necesitas de agilidad y, para ello, estar preparado antes es fundamental.
Y no lo digo en un sentido pesimista. Sino que se trata de tenerlo todo previsto para que la presión no te genere estrés o bloqueo por no sabes qué hacer.
Cuantas más respuestas tengas previstas, mayor será tu capacidad de reacción ante cualquier problema o desafío que surja.
6.Apóyate en recordatorios y notas
Para aliviar un poco la carga mental, apóyate en notas y recordatorios. Hazte listas en papel, en el ordenador o usa un software de organización de tareas, que te ayuden a organizarte y a liberar presión.
7.Trabaja en equipo cuando sea necesario
No olvides que no estás solo. Cuentas con un equipo que puede ayudarte en momentos en los que lo necesites, así que no dudes en pedirlo.
Por otro lado, ofrece tu ayuda cuando sea necesario, pero no lo hagas de forma automática por querer ayudar a todos, ya que esto puede jugar en tu contra.
8.Visualiza el éxito
Está demostrado que si recreas en la mente una situación, cuando te enfrentas a ella, te resulta más sencillo porque para la mente no es la primera vez. Y esto vale tanto para prever situaciones difíciles, como para visualizar el éxito. Visualizar da confianza y seguridad.
9.Haz ejercicios de relajación
Mientras estés trabajando, tómate unos minutos para relajarte y practicar algún ejercicio de respiración y mindfulness. Esto te ayudará a proseguir mejor con tus tareas.
10.Practica deporte y descansa
Como debes imaginar, la presión causa tensión que debes liberar con el ejercicio y el descanso. Por eso, es recomendable que, antes o después de tu jornada laboral, dediques un tiempo al cuerpo y a la mente con actividades y personas que te alejen de la presión laboral. Incluso en picos de trabajo, en los que crees que no tienes tiempo para nada, el ejercicio y el descanso van a hacer que el tiempo de trabajo sea más efectivo y ganarás tiempo.
En la actualidad, trabajar bajo presión ha pasado de ser un requisito para determinados puestos a ser considerado como una competencia profesional cada vez más exigida por las empresas.
Aunque recuerda que, el trabajo bajo presión puede dejar de ser una capacidad para convertirse en un problema que nos afecte a nivel personal y profesional. Por lo tanto, sigue los consejos que te hemos dado más arriba para ir mejorando tu habilidad de trabajar bajo presión y reducir así, las posibilidades de acabar en una situación de estrés y burnout.
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