La “gran jubilación boomer”, retos y oportunidades

La llamada generación baby boomers, esa que, en España, engloba a las personas nacidas entre 1957 y 1977, está en edad de jubilarse. Empieza lo que algunos han definido como la “gran jubilación boomer”.

El relevo generacional es un fenómeno que se produce en todos los ámbitos de la vida y, por supuesto, el ámbito laboral no iba a ser una excepción. Esta generación es la que, en su mayoría, ha ocupado los puestos directivos durante años. Por lo tanto, llega el momento de que las nuevas generaciones tomen el relevo.

Y, aunque dicho relevo generacional no es nada nuevo, ha empezado a cobrar especial importancia en los últimos años, debido a todos los cambios que se han experimentado, y que se están experimentando, en el mundo empresarial. Hablamos de nuevas tecnologías, de la globalización del mundo laboral, o la preocupación por temas como la sostenibilidad, la igualdad, la diversidad o la conciliación. Un conjunto de factores que han puesto de manifiesto la importancia de la adaptabilidad y flexibilidad de las empresas.

Esta transformación empresarial puede beneficiarse precisamente del cambio generacional en sus equipos y, sobre todo, en los puestos directivos. Es una oportunidad que las empresas deben aprovechar.

Retos y oportunidades del relevo generacional para las empresas

La jubilación de la generación boomer supone una serie de retos, pero también de oportunidades que no debemos menospreciar.

Por un lado, se trata de una generación que ha acumulado mucho conocimiento y experiencia a lo largo de sus años de trabajo. Por eso, es una gran oportunidad para que estos no se pierdan. Debemos asegurar una transmisión exitosa de dicho conocimiento a las nuevas generaciones y relevos.

Aun así, quizás uno de los retos más destacados de esta generación sea su mentalidad conservadora. Porque, aunque ha sido una de las generaciones que ha vivido más cambios, y más grandes (el paso de la dictadura a la democracia, la asimilación de una nueva identidad europea, el cambio de la peseta al euro, la inserción de la mujer en el mercado laboral o el cambio del mundo analógico al digital), se trata de una generación con poca adaptabilidad al cambio.

Un reto que ya viene manifestándose desde los últimos años, pero que ahora es aún más palpable. Esta mentalidad puede suponer un obstáculo para la innovación y la adaptación de las empresas a las nuevas tendencias.

Además, hablamos de una generación que puede encontrarse con ciertos problemas a la hora de afrontar su jubilación de manera saludable. Hablamos de una generación que ha hecho del trabajo lo único que da sentido a su vida, que han sido adictos al trabajo. Un trabajo que, en ocasiones, no les ha resultado gratificante. Esto, junto a su personalidad rígida y a las dificultades por integrar los cambios importantes, puede hacer que afrontar dicha jubilación se convierta en todo un reto. Y, aunque se trate de un reto personal, las empresas pueden jugar un papel fundamental para facilitar dicho cambio. Ya hay empresas que ofrecen una intervención psicoeducativa a sus equipos durante los últimos años de su etapa productiva. Además, también sería recomendable que el cambio fuera progresivo: anticipado, más o menos planificado y gradual.

En contraposición, el ascenso de las nuevas generaciones a los puestos directivos puede suponer una gran oportunidad por su mentalidad más abierta, flexibilidad e innovación.

Aunque, por otro lado, la falta de experiencia para liderar y gestionar equipos o para tomar decisiones supone todo un reto.

Además, debemos tener en cuenta de que las nuevas generaciones tienen unas expectativas laborales distintas y la estabilidad dentro de una empresa no es su fin último. Por lo tanto, nos enfrentamos al gran reto de gestionar y fidelizar el talento. Uno de los mayores retos del actual mercado laboral, sin duda.

Dicho todo esto, podríamos afirmar que el mayor reto de este relevo generacional es el de buscar el equilibrio entre la experiencia y el conocimiento de los perfiles directivos boomer y la capacidad de innovación y adaptabilidad de las nuevas generaciones.

¿Cómo afrontar este gran reto?

Para afrontar este relevo generacional lo mejor es preparar un “plan de sucesión” bien estructurado y que se lleve a cabo de manera gradual. Esto permitirá una transición controlada y suave entre los cargos directivos que se jubilan y la integración progresiva de las nuevas generaciones en esos cargos. Como comentábamos al principio, este plan debe asegurar una correcta transmisión del conocimiento de la generación boomer a sus relevos, así como una correcta formación de los/las nuevos/as líderes.

Se trata de establecer un plan de colaboración y de trabajo en equipo que fomente el uso de la experiencia y la mentalidad de cambio para lograr la innovación y la creatividad.

Todo esto, sin olvidar las tendencias de cambio en el mercado laboral, que dan una mayor importancia a la flexibilidad y la conciliación. Esto nos permitirá fidelizar el talento actual de la empresa y propiciará una transición más exitosa.

No olvidemos que la llegada de las nuevas generaciones a los puestos directivos es una gran oportunidad para transformar las estructuras empresariales e impulsar la creatividad, la innovación y el pensamiento crítico.

Para todo esto, la gran aliada será la tecnología. Gracias a las múltiples herramientas digitales que existen hoy en día, el departamento de Recursos Humanos puede dejar a un lado las tareas más administrativas y rutinarias y focalizar sus esfuerzos en los planes de carrera, de sucesión y de fidelización de personal.

En definitiva, este momento de cambio que estamos viviendo es una clara oportunidad de crecimiento y mejora para las empresas que sepan aprovecharlo. Debemos aprovechar todos estos retos y oportunidades con las herramientas tecnológicas que tenemos para lograr un espacio de colaboración de calidad y garantizar la evolución positiva y exitosa del modelo de negocio.