Tiempo para reflexionar, reinventarse y abrazar emociones

En estos difíciles momentos que estamos viviendo con la crisis del Covid-19, tanto nuestro círculo más íntimo como nuestros colaboradores están preocupados por el futuro inmediato de sus empleos debido a la inestabilidad que genera esta situación. Por este motivo, me gustaría transmitir mi punto de vista y sobre todo mi optimismo al respecto.

Es cierto que la incertidumbre provoca vértigo, pero es justo en estos momentos cuando lllega el momento de reinventarse y sale lo mejor de cada uno de nosotros/as para afrontar los retos a corto plazo, aportando tanto a nuestros negocios como empresas todo nuestro potencial.

Reinventarse mediante el trabajo en remoto

Precisamente esta semana estamos viviendo las primeras videoconferencias con clientes y colaboradores. Algunos de ellos comparten cómo están viviendo el momento y el volumen de gestión que les conlleva esta crisis. Otros hablan sobre la dificultad del liderazgo en remoto, aspecto igual de importante y que se ha quedado en segundo plano por atender con urgencia la gran gestión de estos últimos días en la que se están sometiendo pequeñas, medianas y grandes empresas.

No podemos descuidar ni el liderazgo ni a las personas, por eso es tan importante parar y reflexionar. No es solo cuestión de prestar atención a la gestión del ahora, sino también a las decisiones que estamos tomando, teniendo en cuenta si serán adecuadas para remontar el día que todo vuelva a arrancar, y que estén en sintonía con quienes somos y nuestra cultura empresarial (misión, visión y valores).

Ahora es el momento ideal para pararnos a pensar y decidir en qué hay que reinventarse, porque seguramente descubriremos algún cambio que tengamos que implementar en nuestra empresa o en nuestra propia vida.

Qué tener en cuenta si buscas una nueva oportunidad

De la misma manera, si nos planteamos hacer cambios profesionales o buscar una nueva oportunidad, tenemos que tomarnos un minuto y evaluarlos antes de entrar en acción. Es momento de:

1. Reflexionar sobre nuestra trayectoria

Pensar en todo lo que nos ha dado buen resultado, en lo que nos hemos convertido profesionalmente gracias a nuestras experiencias. Apreciar lo que hemos conseguido y ponerle una mirada especial, somos aquello que hemos caminado y muchos lo habéis hecho en un largo recorrido y con mucho éxito. Seguid siendo tan positivos/as en ese aspecto, tenéis muchas cosas buenas sobre los hombros.

2. Reflexionar sobre nuestras capacidades

De todo lo que sabemos y hemos aportado en algún momento u otro a alguien. Sobre todo, nuestro Know How a las empresas con las que hemos colaborado y a todas aquellas compañías, organizaciones o personas a las que gracias a estos conocimientos hemos ayudado a crecer, consolidarse, estabilizarse y ser sostenibles.

3. Reflexionar sobre la sociedad y las empresas

Preguntarnos qué necesita nuestra sociedad y qué necesitan las empresas para que podamos aportarles lo mejor de nosotros mismos/as y vivir así con dignidad.

4. Reflexionar y pensar sobre la creatividad y la innovación para reinventarse

La vida nos pone a prueba y yo ya tengo alguna experiencia lidiando con momentos de crisis, concretamente en la del 2008 era empresaria y gracias a aquella experiencia me reorienté y sin lugar a duda eso me ha hecho mejor profesional. En el proceso de gestión de crisis sale lo mejor de cada persona. En los momentos complicados se agudiza colectivamente la solidaridad, la empatía y el ingenio. Todas las guerras, catástrofes y epidemias nos han obligado a ser más creativos e innovadores. Es el momento idóneo para reinventarse. ¡Aprovechémoslo!

5. Reflexionar todo lo que tenemos pendiente de aprender y desaprender

Es precisamente cuando hay tiempo que hay oportunidad para formarnos y mejorar continuamente, además de forma mucho más ágil que en cualquier otro momento.

6. Reflexionar sobre nuestras habilidades y competencias

Para desplegarlas ahora más que nunca. El liderazgo que tanto se necesita en estos momentos, el estar cerca de la gente, apoyar y animar, comprender, escuchar mucho y dejar que la parte más emocional haga el trabajo por si sola, libremente. Esto también nos hace más grandes, más humanos y, sobre todo, auténticos líderes. Es el momento de abrazar las emociones.

7. Reflexionar sobre la confianza que tenemos hacia nosotros mismos

Y en las empresas con las que colaboramos, en nuestro entorno que está trabajando, en los profesionales que están a pie de cañón para que todo continúe, los que salvan vidas…

¿Cuál es el motor que te mueve?

A raíz de esto, debemos volver a reflexionar sobre cuál es el propósito que nos mueve, qué es lo que queremos y porqué. Muchas veces, la vida personal y profesional nos lleva dónde nos encontramos en este preciso momento sin haberlo pensado. No siempre es necesario planificar una trayectoria para que esta sea exitosa. Pero tenemos que tomarnos un minuto y evaluar si aquello que hacemos es realmente lo que deseamos y volver a enfocarnos si hace falta, porque el mercado nos demandará agilidad y tenemos que saber dónde queremos ir.

Es un momento complejo, pero también es un momento lleno de oportunidades que, solo si se es fuerte, tranquilo y optimista servirá para hacernos mejorar y volver a comenzar con mucha fuerza. Estoy segura de que eso será en muy breve.

Para más información sobre este tema puedes acceder al vídeo que hemos preparado en colaboración con VIA Empresa (vídeo en catalán):